El palmarés de Riquelme totaliza 10 títulos de Boca, incluidas tres copas Libertadores (2000, 2001 y 2007) y una Intercontinental (2000), con un total de 80 goles en 352 partidos, 66 de ellos por la Libertadores. En la selección argentina, obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, y fue campeón mundial Sub-20 en Malasia-1997.



Juan Román Riquelme, el habilidoso volante que usa la célebre camiseta número 10 que heredó del estelar Diego Maradona, se convirtió en una de las grandes leyendas de Boca Juniors, y por su talento, en uno de los jugadores más emblemáticos del fútbol argentino.

A los 34 años, y tras perder la final de la Copa Libertadores de América ante el brasileño Corinthians, Riquelme replanteó su carrera y anunció su alejamiento del popular club auriazul, en el que ya es un ídolo histórico, a tal punto que en el museo de Boca ya cuenta con una estatua del emblemático jugador.

Su puesto natural es el de ´enganche´ o enlace, una posición tradicional en otros tiempos, pero dejada de lado por muchos equipos en la actualidad, por lo cual se lo considera uno de los últimos exponentes de un estilo basado en la capacidad de manejo y conducción.

Dueño de un manejo exquisito del balón y una pegada formidable, pero también de una personalidad singular, había elegido focalizarse en Boca hace tres años, cuando una discusión mediática con Diego Maradona, por entonces director técnico de la selección nacional, derivó en su renuncia a seguir jugando en el representativo argentino.


Surgido de las divisiones menores de Argentinos Juniors, club del que también surgió Maradona, Riquelme llegó a Boca como parte de un grupo de juveniles adquiridos por pedido de Carlos Bilardo, entrenador ´xeneize´ en 1996.

Fue precisamente Bilardo quien lo hizo debutar en la primera división en noviembre de 1996, y apenas tardó un par de semanas en marcar su primer tanto, en una goleada 6-0 sobre Huracán.

Sin embargo, durante un buen tiempo quedaría relegado, ya que el titular era Maradona, a quien reemplazó en el segundo tiempo de un clásico contra River, el 25 de octubre de 1997, encuentro que quedaría en la historia precisamente porque fue el último partido profesional del célebre ´Pelusa´.

Riquelme ganó protagonismo cuando fue tenido en cuenta por Carlos Bianchi, que asumió el mando de Boca a mediados de 1998 y llevó a los auriazules a múltiples conquistas, en un ciclo legendario.

´Román´, como es conocido en el mundo del fútbol, fue decisivo en muchos de esos triunfos, pero una serie de discusiones con los dirigentes forzaron su venta al español FC Barcelona, donde no le fue bien, ya que tampoco tuvo una buena relación con los entrenadores Louis van Gaal y Radomir Antic.

Finalmente, fue traspasado a Villarreal, en el que se reencontraría con su mejor forma, a tal punto que catapultó al club de Castellón al tercer puesto de la liga española, con el uruguayo Diego Forlán como compañero, además de trepar hasta las semifinales de la Liga de Campeones de Europa en 2006.

Tras participar del Mundial de Alemania-2006, tuvo un conflicto con el entrenador de Villarreal, el chileno Manuel Pellegrini, quien lo marginó del plantel, y encontró la salida en un regreso temporal a Boca.

Su segunda etapa entre los auriazules significó un renacimiento, ya que descolló en un nivel altísimo para obtener la Copa Libertadores-2007, aunque al cabo de seis meses debió regresar a Villarreal, donde había sido relegado por Pellegrini.

Pero Boca volvió a la carga, y a fines de 2007, en una transferencia histórica para el mercado argentino, invirtió 15 millones de dólares para conseguir la ficha de Riquelme.

Su temperamento y personalidad lo convirtieron en un referente de cualquier plantel en el que estuvo, pero al mismo tiempo, también protagonizó polémicas internas, como el distanciamiento con Martín Palermo, máximo artillero histórico de Boca, con el que la relación fue muy tirante en los últimos años.

El palmarés de Riquelme totaliza 10 títulos de Boca, incluidas tres copas Libertadores (2000, 2001 y 2007) y una Intercontinental (2000), con un total de 80 goles en 352 partidos, 66 de ellos por la Libertadores.

En la selección argentina, obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, y fue campeón mundial Sub-20 en Malasia-1997.

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